Exposiciones

El color de la Sevilla de principios del XX

  • La Casa de la Provincia acoge la exposición 'Tras la senda de los Lumière. Sevilla en color (1914-1929)', muestra que recopila las primeras fotografías a color de la ciudad

  • La exposición, que podrá visitarse hasta el 15 de junio, ha sido organizada por la Diputación de Sevilla, la Universidad de Sevilla y el museo Albert Kahn de París, y ha contado con la colaboración del Instituto Francés de Sevilla, la Filmoteca de Andalucía, la Sorbona y la Universidad Sorbonne Paris Nord

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Una visitante recorre la muestra 'Tras la senda de los Lumière. Sevilla en color (1914-1929)' en La Casa de la Provincia.

Una visitante recorre la muestra 'Tras la senda de los Lumière. Sevilla en color (1914-1929)' en La Casa de la Provincia. / Juan Carlos Muñoz

Una imagen que es estática, y que sin embargo expresa el dinamismo –social, cultural- de un tiempo. Acaso sea este el resumen de la exposición Tras la senda de los Lumière. Sevilla en color (1914-1929), que podrá visitarse en la Casa de la Provincia hasta el próximo 15 de junio. Una muestra que recopila 73 fotografías a color de la ciudad de Sevilla, tomadas en 1914 por el fotógrafo francés Auguste Léon. El fotógrafo llegó a Sevilla con motivo del proyecto titulado Archivos del Planeta, una idea financiada por el banquero Albert Kahn –también de nacionalidad francesa- y que consistió en plasmar la riqueza cultural del planeta a través de la foto. El proyecto ofreció un enfoque hasta entonces desconocido del mundo que habitamos. Fueron fotografiados países de casi todos los continentes –sólo quedó Oceanía-. 

Fue Sevilla una de las ciudades elegidas por los franceses para retratar esa visión de conjunto del mundo, de su repertorio estético y cultural. En Francia se consideraba a Sevilla como sinónimo de España, explicó el comisario de la exposición, Luis Méndez, en la presentación de la muestra. Por lo que se entendía que, desde la capital andaluza, se daba buena cuenta de la idiosincrasia española. Luis Méndez también recordó la Giralda que se construyó en las orillas del Sena, en 1900, con motivo de la Exposición Universal de París.

Sevilla, a principios del siglo XX, era destino para artistas, creadores, pintores. Aquí estuvo Picabia en 1902, Matisse en 1910, Sorolla en 1914. Y en aquel año de la Gran Guerra, como decíamos, Auguste Léon. El fotógrafo trabajó con una técnica innovadora, el autocromo, que permitía captar el color de los paisajes y del paisanaje. Esta técnica fotográfica fue creada por los hermanos Lumière en 1903. Una invención que supuso un punto de inflexión a la hora de relacionarnos con nuestro entorno y con nuestro tiempo. Así, espacio y tiempo se interpretaron desde nuevas perspectivas. En aquellos años de la vanguardia y, en resumen, de las transformaciones en tantos ámbitos de la vida pública y privada.

“Tras la senda de los Lumière. Sevilla en color (1914-1929)” nos descubre una ciudad que, al igual que Europa, se hallaba en un gran proceso de cambios

“Una Sevilla de contraste entre el pasado y el futuro”, señaló Luis Méndez. En este sentido, Tras la senda de los Lumière. Sevilla en color (1914-1929) nos descubre una ciudad que, al igual que Europa, se hallaba en un gran proceso de cambios. Del cine a la cultura de masas, de las artes plásticas a la literatura, de la arquitectura a aspectos fundamentales de la vida política. La horquilla de años que abarca esta exposición fue decisiva para nuestro tiempo presente. Determinaron nuestra mirada de hoy. De ahí el valor de la exposición, que es testimonio de una época y explicación de lo que hoy vivimos. Del mundo que hemos heredado. “Se trata de la memoria de Sevilla a través de las imágenes”, concluyó Luis Méndez.

Entre estas imágenes observamos un vendedor ambulante, portando su mercancía en burro, las murallas de la Macarena, mujeres vestidas con mantones –recuerdan a la iconografía del mito de Carmen-, la calle Placentines o la ribera del Guadalquivir, a su paso por el barrio de Triana, en una estampa que asociamos más a una Sevilla del XVI que a una ciudad urbana del XX.

Dos visitantes contemplan una de la obras de la exposición. Dos visitantes contemplan una de la obras de la exposición.

Dos visitantes contemplan una de la obras de la exposición. / Juan Carlos Muñoz

Auguste Léon se marcha de Sevilla el 26 de junio de 1914. Dos días después, asesinan en Sarajevo al archiduque Francisco Fernando de Austria. Daba comienzo la Gran Guerra y termina una época de nuestra historia. En la década siguiente se celebra la Exposición Iberoamericana, evento que conecta con el propósito de la muestra en la Casa de la Provincia, pues estos años de técnicas pioneras y de avances tecnológicos –aún rudimentarios pero decisivos- serían importantísimos para cultivar esa visión tradicional y moderna de los años veinte. Esa síntesis entre lo internacional y lo local, característica de la Exposición Iberoamericana, se contextualiza con diversos objetos y obras. En Tras la senda de los Lumière. Sevilla en color (1914-1929) observamos cómo la tecnología propició un nuevo lenguaje que fue aplicado a la cultura, generando de este modo nuevos paradigmas, nuevas etapas.

En la presentación de la exposición Tras la senda de los Lumière. Sevilla en color (1914-1929) intervinieron, por parte de la Diputación, Casimiro Fernández Linares, diputado del Área de Cultura y Ciudadanía, y Francisco Javier Fernández de los Ríos, presidente de la Diputación de Sevilla; por parte de la Universidad de Sevilla intervino el rector de la institución, Miguel Ángel Castro. La exposición ha contado con la colaboración del Instituto Francés de Sevilla, la Filmoteca de Andalucía, la Sorbona y la Universidad Sorbonne Paris Nord.

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