Dos de mayo, fiesta entrañable en la collación, con Baños convertida en una especie de vía por donde la soldadesca concurre para el homenaje a don Luis Daoiz, el héroe que representó a Sevilla cuando el levantamiento contra el gabacho. Cuando el terrible parón que ocasionó la pandemia bien que echamos de menos el discurrir del ejército desde Torneo a la Gavidia. Cuando entonces, o sea en aquel tiempo en el que todos éramos niños, el Dos de Mayo era fiesta en ese corazón de la Sevilla de siempre y que tiene a Baños como vía que todo lo une. Era pura alegría acompañar el marcial desfile y contemplar cómo una ceremonia militar servía para la unificación de fervores. Hoy todo ha cambiado y el personal, la ciudadanía que asiste a este ceremonial castrense, anda con la fecha de caducidad muy cercana.
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