Sevilla FC

El problema es de jugadores, no de entrenador

Suso y Jesús Navas, en una pausa del partido.

Suso y Jesús Navas, en una pausa del partido. / Juan Carlos Vázquez

El sevillismo pudo suspirar al fin, si bien tampoco lo puso fácil en lo que se refiere a los asistentes al partido. Demostró la afición que no tiene paciencia, desoyendo lo que lleva pidiendo Quique Sánchez Flores desde hace tiempo, “que no se prejuzgue”. Hubo pitos cuando el equipo estuvo atascado, que lo estuvo antes de la salida de Suso, el jugador que sacó las castañas del fuego junto a En-Nesyri. Y no es justo que sepan los dos (y otros muchos) que están más fuera que dentro del club aunque tengan contrato en vigor.

El Mallorca le ganó el centro del campo al Sevilla durante una primera mitad difícil para un equipo que sabe hacer lo que sabe. Juntarse y salir a la contra. Eso lo hace genial. Pero cuando hace falta fútbol la cosa se complica. Pero que se enteren los que idealizan otro Sevilla en su cabeza: no es un problema de entrenador, es un problema de jugadores.

Desgraciadamente para el aficionado del Sevilla, Isco podría seguir vistiendo esta camiseta, pero defiende la verdiblanca del Betis. Y no hay que buscar culpables. Lo único que hay que valorar es que no está el malagueño y están Soumaré, Agoumé, etcétera... El estilo, el modelo, por tanto, no puede ser igual. Demasiado que Quique ha metido la mano en las brasas y ha sacado al equipo. Tres victorias consecutivas, un 9 de 9 que no se daba desde hace un año, en los días de vino y rosas de cuando en Nervión mordía el polvo el Manchester United. Echémosla al suelo.

Fue Suso, sí. Quique optó por retrasar a Gudelj por Kike Salas y meter a Agoumé y el camerunés no fue el del día de Vallecas. El Mallorca tenía superioridad numérica, descolgaba a Valjent en la banda derecha con Maffeo y tenía una pieza más para sacar el balón y los locales no eran capaces de contrarrestar eso.Tras el descanso, con el cambio entró más fútbol y ahí el equipo de Javier Aguirre retrocedió.

Defensa

Ocampos se encontró con más rivales de la cuenta en un costado en el que estaba solo. Agoumé y Soumaré no tenían piernas para contrarrestar el déficit y las segundas jugadas (aparte de los robos de los bermellones) eran para los mallorquinistas.

Ataque

Fallos en la salida de balón, algunos de ellos groseros. Y no es cuestión de culpar a éste o aquél jugador. Eran producto de la inferioridad ante la presión del rival. Perdieron balones que pudieron costar goles Soumaré, Agoumé y Badé, por ejemplo.

De esa forma, el Sevilla echaba de menos jugar fuera de casa y activar el modo del fútbol al espacio. Encima con la presión de los pitos de la grada. Nyland montó la única contra posible tal y como estaba el partido con un saque de continuidad con la mano (la que prolongó Soumaré y falló Isaac).

Todo cambió con Suso. Se demuestra que es tema de jugadores. Quizá alguno dirá por qué no Hannibal. Y se le contesta: Quique podrá decir que si es a costa de un delantero sí, pero que con Isaac y En-Nesyri los tres medios tienen que defender por dentro.

Virtudes

Esperar y encontrar el camino.

Talón de Aquiles

Faltan mecanismos con balón. En iniciación y en tres cuartos.

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